Descripción
Pareja Baulé Asie Usu. Son figuras del espíritu de la tierra, realizadas por el pueblo Baulé de África Occidental. Arte inigualable, intermediarias para contactar con la pareja espiritual.
"<--**-->"
La etnia Baulé reside en La República de Ghana y en La República de Costa de Marfil. Esta étnica la constituyen unos 400.000 habitantes, según la Universidad de Iowa. Muchos de los actuales cultivos se introdujeron desde América durante el comercio esclavista: maíz, mandioca, pimientos, cacahuetes, tomates, calabacines y batatas; exportan cacao y nueces cultivadas en plantaciones por un gran número de trabajadores migrantes, la mayoría de Burkina Faso. También se dedican a la cría de ovejas, cabras y gallinas. Los mercados, el centro de la economía Baulé, los dirigen principalmente mujeres y se celebran cada cuatro días y uno no sólo puede encontrar allí productos locales y artesanales sinó también otros importados de todo el mundo.
Los Baulé rinden culto a sus ancestros y a una jerarquía de dioses de la naturaleza. El dios creador es Alouroua, quien no forma parte de la imaginería religiosa Baulé.
Los Baulé pertenecen a los pueblos Akan que habitan en Ghana y Costa de Martil. Cuenta la tradición que los Baulé son Ashanti o Asante emigrados hace trescientos años hacia el Oeste desde Ghana. Cuentan también que al morir el rey Osei Tutu, se enfrentaron por su sucesión dos pretendientes. La reina Baulé Abba o Aura Poku, competía con el rey Ashanti. Al ser vencidos, los partidarios de la reina se dirigieron hacia el oeste; llegaron al río Comoé, imposible cruzar por aquellos entonces. El oráculo anunció que se exigía un sacrificio para conseguir atravesar el rio. Aura Poku arrojó a su hijo a las aguas infestadas de cocodrilos. En ese momento, desde la orilla opuesta, un gran árbol se inclinó para formar un puente y permitir el paso al pueblo. Mientras cruzaban, ella gritaba desesperada: ¡Ba uli! (¡El niño ha muerto!). Fue entonces cuando el pueblo adoptó esta exclamación como nombre propio para denominar al pueblo seguidor de la reina Aura Poku.
Tras su peregrinación hacia el oeste, los Baulé se encontraron con un territorio muy distinto al que habían dejado atrás, lejos de la costa, entre la selva de Guinea y las sabanas del Sudán. En ese nuevo escenario, a caballo entre sus tradiciones y en contacto con las grandes culturas de África Occidental, les dio la oportunidad de erigirse en una especie de síntesis inigualable. La etnia Baulé aprovechó las lecciones de los Ashanti y creó sus propios dogmas.
Cabe destacar su sistema organizativo y su arte como unos de los más interesantes de África Occidental. De su origen mantuvieron parte de su estructura política, con pequeñas monarquías locales, coronas y símbolos de poder, imitando lo que habían heredado de sus ancestros.
Los Baulé tienen un gobierno centralizado, el rey hereda su posición a través del matrilineado. El descendiente masculino de Aura Poku todavía vive en el palacio que ella misma estableció y es honrado como rey nominal. Hay varios subjefes en las poblaciones locales que dependen de asesores políticos que intervienen en la toma de decisiones.
Por lo demás, y a falta de tradiciones Ashanti, sus vecinos, los Guro y los Senufo fueron sus guías y fuente de inspiración.
Una prueba de ello son las máscaras, menos alargadas y más realistas que las Guro con las que comparten buena parte de sus principios estéticos; acabados perfectos que dan a las superficies un pulcro aspecto de laca. Pero los Baulé no centran su arte solo en las máscaras, utilizan varios materiales, hacen esculturas en madera, fundiciones en oro y en bronce de forma parecida a como lo realizaban sus antepasados Ashanti.
Importantes son las esculturas en bulto redondo, en las que toman como modelo principal a los Senufo. Y dando un toque de realismo a la plástica de Sudán, esculpen monos protectores, espíritus adivinatorios con forma humana y principalmente, parejas de esposos del otro mundo. Consideran que los seres humanos, al nacer, dejan atrás a su pareja. Esta se les puede presentar en sueños, enfadada o melosa pidiendo regalos, son necesarias esculturas como las que ellos esculpen para recibir dichas ofrendas. Por ello, los espíritus de la naturaleza y los cónyuges espirituales se representan a menudo en esculturas.
Los Baulé también tallan multitud de objetos domésticos, algunos de raíz tan sudanesa como las puertas de las casas.
En este arte, pocas obras africanas pueden presumir de realizar una labor tan delicada como los carretes de telar con cabezas esculpidas que evocan las canciones de amor de las jóvenes hilanderas:
"Oh, bello Sokoti,
oh hermoso joven, ¡tómame y vayamos!
Sí, oh, señor, tómame y vayamos,
tómame y vayamos al vado de Agbañian..."
Valoraciones
No hay valoraciones aún.